¿Por qué algunas joyas causan alergias? Guía para identificar la alergia por contacto y cómo cuidar su piel
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Si alguna vez ha sentido picazón, enrojecimiento o pequeñas ronchitas después de usar unos aretes, no está sola. Muchas mujeres experimentan lo que se conoce como alergia por contacto, especialmente con ciertas piezas de joyería que usamos todos los días.
En este blog le contamos todo lo que necesita saber sobre este tipo de reacciones, cómo identificarlas y qué hacer para seguir usando accesorios con confianza y seguridad. Porque sí, se puede tener estilo sin comprometer la salud de su piel.
¿Qué es la alergia?
La alergia es una reacción del sistema inmunológico que ocurre cuando la piel entra en contacto directo con ciertas sustancias que la irritan o que el cuerpo identifica como “extrañas”. No es inmediata; muchas veces tarda horas o incluso días en manifestarse.
En el caso de la joyería, estas reacciones suelen estar provocadas por algunos metales irritantes, aunque no todas las joyas contienen estos componentes. Materiales como el níquel (ya ausente en muchas colecciones de calidad) fueron históricamente los más problemáticos, pero también pueden generar molestias las aleaciones de baja calidad o ciertos acabados metálicos.
¿Por qué tengo alergia a los aretes?
La alergia a los aretes es una de las más frecuentes, porque las orejas son zonas sensibles y, además, suelen estar perforadas. Esto hace que cualquier contacto con materiales irritantes sea más directo y penetre fácilmente la piel.
Algunas causas frecuentes de la alergia a los aretes:
- Uso de aleaciones metálicas de baja calidad.
- Humedad o sudor que potencia la reacción del metal con la piel.
- Uso prolongado de piezas sin retirarlas para dormir o ducharse.
- Piel sensible o historial de dermatitis.
¿Cómo saber si tiene alergia a los aretes?
Es muy común confundir una irritación pasajera con una alergia por contacto. Pero estos son algunos signos que pueden ayudarle a diferenciarlo:
- Enrojecimiento o inflamación alrededor del lóbulo de la oreja.
- Picazón constante después de pocas horas de uso.
- Costras o descamación en la zona donde se coloca el arete.
- Dolor leve o sensación de ardor.
- Secreción clara (tipo agua) en la perforación.
Si estos síntomas se repiten cada vez que usa un tipo específico de aretes, es probable que esté enfrentando una alergia por algún componente del metal, incluso si antes no le sucedía.

Tips prácticos para evitar la alergia por contacto sin dejar de usar joyas.
Lo más importante: no tiene que dejar de usar accesorios. Solo hay que aprender a elegir mejor y tener ciertos cuidados:
1. Conozca los materiales.
Siempre que pueda, opte por joyería hecha de:
- Plata esterlina 925
- Oro de 14K o superior
- Acero inoxidable quirúrgico
Estas opciones no solo son elegantes y duraderas, sino también mucho más amigables con la piel. En muchas tiendas (como la nuestra), ninguna pieza contiene níquel, lo cual reduce considerablemente el riesgo de alergias.
Evite piezas sin información clara sobre su composición, especialmente si son de muy bajo costo o se etiquetan como “fantasía”.
2. Hidratar la piel antes de usar accesorios.
Una piel bien hidratada crea una barrera natural que ayuda a minimizar el contacto directo entre el metal y la piel. Use cremas suaves, sin fragancia ni alcohol, antes de colocarse sus aretes o collares.
3. No deje los aretes puestos todo el día.
Aunque sean sus favoritos, es recomendable retirarlos por la noche. Darle “descanso” a la piel ayuda a prevenir brotes, enrojecimiento y molestias.
4. Limpieza constante.
Limpie sus accesorios con paños suaves y, si es posible, con un poco de alcohol antes de usarlos. Esto evita la acumulación de bacterias o residuos que podrían agravar una reacción.
¿Se puede desarrollar alergia por contacto en cualquier momento?
Sí. Aunque antes haya usado ciertas joyas sin problema, el cuerpo puede desarrollar una alergia por contacto con el tiempo. Esto se da por sensibilización: entre más exposición a ciertos materiales, mayor la probabilidad de que el sistema inmune reaccione.
Por eso, si antes no tenía alergia y ahora sí, no es raro. Puede ocurrir incluso en la adultez.
¿Dónde aparece la alergia por contacto?
Aunque los lóbulos de las orejas son una de las zonas más comunes, este tipo de alergia puede aparecer en cualquier lugar donde un accesorio esté en contacto directo con la piel:
Muñecas (pulseras)
- Cuello (cadenas)
- Dedos (anillos)
- Zona abdominal o espalda baja (hebillas, broches de brasier)

¿Qué hacer si ya tiene una reacción alérgica?
- Retire inmediatamente el accesorio.
- Lave el área con agua y jabón neutro.
- Aplique una crema con hidrocortisona (solo si ya ha sido indicada por un profesional).
- Evite rascar o tocar la zona para no agravar la irritación.
- Si los síntomas persisten, consulte a un dermatólogo.
¿Cómo seguir usando joyas con confianza?
Tener alergia por contacto no significa que deba renunciar a la joyería. Solo requiere un poco más de intención al elegir sus accesorios. Busque materiales que respeten su piel, revise las etiquetas, y sobre todo, escuche su cuerpo.
Puede optar por piezas diseñadas especialmente para pieles sensibles, como los accesorios de plata, acero inoxidable quirúrgico u oro 14K o más, que son hipoalergénicos por naturaleza. Hoy en día, existen opciones que combinan diseño, calidad y seguridad, sin sacrificar estilo.
En resumen…
La alergia a los aretes y otros accesorios no es una condena. Es una invitación a conocerse mejor, a ser más selectiva con lo que lleva puesto y a cuidar su piel con tanto amor como cuida su estilo.
No se trata de dejar de usar joyas, sino de elegir aquellas que verdaderamente se adapten a usted: a su ritmo, a su piel.
Porque en un mundo donde cada detalle cuenta, sentirse bien y segura con lo que usa no es solo comodidad: es parte de su poder. Sus accesorios deben hablar de quién es usted, sin comprometer su bienestar. Piezas que la acompañen.
Al final del día, lo que llevamos puesto también es una forma de autocuidado. Y encontrar joyas que embellecen sin incomodar, que resaltan sin irritar, es un verdadero acto de amor propio.